El Real Madrid tiene dos nuevos héroes. Pasa de admirar a Vinícius a aplaudir los paradones de Courtois y el acierto rematador de Rodrygo. Otro brasileño que funciona en este inicio de la temporada, pero en esta ocasión en un escenario más complicado que los partidos que se llevan disputados en la Liga. Rodrygo aprovechó sus minutos, su oportunidad en San Siro, ante un Inter que fue de más a menos durante el partido.
El equipo italiano arrolló al Real Madrid en la primera parte y chocó con la seguridad de Courtois. Inconmensurable bajo palos. Ágil, rápido, elástico y concentrado. El portero salvó al equipo en el primer periodo y Rodrygo apuntilló al campeón de Italia con un gol fabricado por otro joven, Eduardo Camavinga. El joven centrocampista francés entra con buen pie en el Madrid. Hizo un gol a los seis minutos de su debut en el Bernabéu y demostró madurez en su estreno en la Champions. Los jóvenes piden paso y asumen responsabilidades. Visto el primer tiempo, parecía imposible que el equipo de Ancelotti pudiera salir vencedor de San Siro.
El partido tiene dos dueños. La primera mitad fue para el Inter. La segunda, para el equipo de Ancelotti, que pasó por momentos de sufrimiento, agobios y le dio la vuelta con un planteamiento más valiente y la frescura de los jóvenes Rodrygo y Camavinga. Lo mejor que se llevó el Real Madrid al descanso fue el resultado. Lo peor es el baño de poderío físico y bombardeo ofensivo del Inter de Milán. No sirvió de nada que Ancelotti sacrificara a Hazard y apostara por Lucas Vázquez de extremo para dar equilibrio al sistema. El Madrid volvió a ser, como en la Liga, un equipo frágil e inconsistente. En la estructura para blindar el bloque movió a Nacho al lateral izquierdo y puso a Alaba con Militao como pareja de centrales. Esta preocupación por defender bien puso en evidencia la inquietud que tiene el entrenador de que su equipo sea capaz de mejorar en defensa y no conceder tanto. En la Liga, ha salido adelante con la eficacia y la inspiración de Benzema y Vinícius. La Champions es otro nivel. Exige más sufrimiento.
Salvador Courtois
A Courtois se le acumuló el trabajo. El portero belga tuvo una de esas noches iluminadas. En 20 minutos ya había evitado el gol en una parada con el pie a Dzeko y otra con las manos a Lautaro. El Inter llegaba y llegaba, pero también perdonaba. No aprovechaba la superioridad física con que trituró la banda izquierda que defendían Vinícius y Nacho. El Madrid sufría sin la pelota y le costaba salir, progresar, profundizar y pisar el área. Inquietó con un disparo lejano de Casemiro y un cabezazo de Militao, en un saque de esquina, que pasó rozando el palo. La mejor ocasión en la primera parte.