Un mes en el PSG es un mundo. En el culebrón de Kylian Mbappé, una eternidad. El pasado 13 de junio, el delantero sorprendió con una carta enviada a la sede del club en la que dejó bastante claro que no tiene intención de renovar hasta 2025, ocasionando un terremoto en las oficinas de París que han obligado a Qatar y a Al Khelaïfi a moverse lo más rápido posible para encontrarle una salida.
Este 31 de julio, hoy, es una de las fechas marcadas en rojo por el PSG para desbloquear la situación del capitán de la selección francesa. A las 00.00 horas expira la cláusula unilateral de renovación hasta 2025 de Mbappé. El jugador no tiene nada que decidir porque ya dejó constancia mediante esa carta que no iba a renovar. Además, horas después, el conjunto parisino deberá abonarle 40 millones de euros de los 80 de la prima de fidelidad que tan importante está siendo en la postura del futbolista.
El PSG ha intentado ahorrarse esos 80 millones mediante distintas acciones que no han tenido el efecto deseado en Doha. Primero fue Al Khelaïfi el que reconoció el pasado 5 de julio que “Mbappé debía decidirse en un plazo máximo de diez días”. El crack de Bondy, no obstante, hizo caso omiso a los órdagos, consciente de que tiene la sartén por el mango al restarle un año en París.
Descartarle de la gira por Japón, en una decisión contundente de Qatar, tampoco provocó la reacción de Kylian. Al delantero se le ha visto tranquilo, firmando autógrafos y sin dar ni una pista sobre su futuro en Poissy, donde se ejercita con los descartes de la plantilla. Al Khelaïfi, contra las cuerdas, estaba convencido de que amenazarle con dejarle en la grada iba a ser definitivo para venderle. Sin embargo, Mbappé, en otro acto de resistencia numantina, no pisó la trampa que le lanzó el catarí.
Si Mbappé declaraba públicamente antes del 31 de julio que su intención era dejar el PSG, el club podría esgrimir que ya no estaba obligado a pagarle los 80 millones de euros de la prima de fidelidad. Los parisinos, aun así, han intentado analizar la letra pequeña del contrato para intentar evitar el pago, alegando que el futbolista no quiere seguir en la capital francesa al haber dejado constancia, mediante la famosa carta, que no quiere renovar hasta 2025. Sin embargo, Mbappé sabe que le corresponden 80 millones porque en todo momento ha reconocido que su intención es cumplir el último año de contrato que le resta.