Simona Halep, toda una ganadora de Grand Slam y exnúmero uno, posaba hace unas semanas orgullosa mientras recibía la vacuna contra la covid. Andy Murray y Rafael Nadal se posicionaban a favor de su uso. Incluso el reciente torneo de Belgrado ofrecía la dosis a sus participantes, pese a que Novak Djokovic ponía en tela de juicio su obligatoriedad para seguir en el circuito.
La utilización de la vacuna está dividiendo a los tenistas. O más bien a aquellos que se atreven a pronunciarse sobre ella. Hay ejemplos muy claros. Rafael Nadal fue preguntado la semana pasada durante la disputa del Conde de Godó y no dejó dudas. “Cuando me toque y me la ofrezcan me la pondré con buen gusto”, dijo el español, quien desde el primer momento ha visto en la vacuna la opción para acabar con la vida de burbujas en la que están sumergidos los tenistas.
Su ajetreada comparsa de viajes y ciudades distintas cada semana se ha cambiado por visitar en cada torneo un hotel y en reducir casi a cero los contactos externos para evitar un positivo que eche por tierra la participación en un torneo. Le ocurrió recientemente a Daniil Medveded, que se contagió justo antes de arrancar Montecarlo y tuvo que bajarse de ese torneo y de Barcelona, defendiendo semifinales y final, respectivamente. Le costó perder el número dos del mundo.
Pese a este cambio drástico en sus vidas, no todos los tenistas están a favor de vacunarse, aunque algunos como Djokovic no lo aclaren y solo lo dejen caer.
Durante la disputa del ATP 250 de Belgrado la semana pasada, el torneo ofreció a sus participantes poder ponerse la vacuna, ofertando diferentes opciones. Algunos aceptaron, otros como Djokovic fueron cuestionados sobre qué harían.
“No han dejado claro si va a ser obligatorio vacunarse para seguir en el circuito. Espero que no se llegue a eso. Espero que no, porque siempre he creído en la libertad de elección”, dijo Djokovic en rueda de prensa.