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(Espn deportes)-La victoria es una tregua, pero no una reivindicación ni una juramentación. Sufrió Mexico para regresar a la victoria, con un 2-0 sobre Ghana que refleja los buenos momentos del segundo tiempo y sepulta, peligrosamente, los desaciertos y desalientos de la primera mitad.
Un encuentro en el que el Tri pasó de lo insulso a lo dominante, y que embarcó de los bostezos a la euforia de los 60 mil 963 asistentes con boleto pagado al Estadio de las Panteras de Carolina.
Un primer tiempo trabado, nervioso, nervudo, en el que la Seleccion Mexicana era incapaz de controlar el balón, fuera porque tenían los zapatos al revés o por el acertijo entramado en la cancha artificial, la cual, sin embargo, le sentaba cómodamente a Ghana.
En la segunda parte, entre la explosión con la etiqueta tan propia de Chucky Lozano (1-0), como los ingresos posteriores de Chino Huerta y Uriel Antuna quienes tejieron el 2-0, en la mejor jugada del partido, para rubricar el 2-0 en el epitafio de los africanos.
Quedará siempre la duda sobre si Jaime Lozano determinó su alineación ante Ghana,hasta después de ver el desenlace humillante de Alemania sobre Estados Unidos,De haber sido así, una apuesta de alto riesgo.
Impreciso, nervioso, agobiado, disperso. Un primer tiempo en el que Mexico tuvo más tiempo el balón, pero el control absoluto era de la paciencia y serenidad de Ghana.Mientras el Tri jugaba con una intensidad más encauzada, confundida más con la desesperación, Ghana controlaba con asombroso aplomo los intentos de embestida del adversario.
Luis Galvez dejando en evidencia que su trabajo de medio tiempo en Rusia, le ha restado ritmo y le ha sumado desconcierto, repercutiendo de manera directa en los espacios y movimientos de Edson Alvarez y Chiquito Sanchez.