¿Estamos preparados para asistir al ocaso de un fenómeno como LeBron James? Una de las figuras más relevantes de la historia del deporte en las últimas décadas y el jugador que ha sido capaz de hacer sombra a la figura del indiscutible Michael Jordan como el mejor de todos los tiempos, parece empezar a vislumbrar el final de una carrera a la que hasta hace poco no se le intuía la meta.
Un tobillo maltrecho y una lesión sobre la que ha habido más secretismo que luces pueden poner fin a la exitosa y longeva trayectoria de un jugador que ha cambiado para siempre el deporte de la canasta. Al menos eso es lo que se deja entrever tanto de sus declaraciones (“Tras esta lesión, no creo que pueda volver al cien por cien en mi carrera”) como por sus ausencias. Lleva cuatro partidos seguidos sin vestirse de corto y su entrenador asegura que no se debe a su estado médico, aumentando todavía más el misterio en torno al futuro de LeBron y su maldita articulación.
Una lesión de la que él mismo dice que no regresará nunca como antes y que ha supuesto su periodo de tiempo de baja por lesión más prolongado en sus 18 temporadas en la NBA. El alero de los Lakers, a sus 36 años, se perdió 20 encuentros a lo largo de seis semanas después de sufrir un fuerte esguince en el tobillo derecho. Y encima cuando volvió lo hizo dejando muchos interrogantes sobre su futuro. Algo que ausencias como la última ante los Suns no ayudan a despejar.
Anthony Davis dejó a un lado cualquier tipo de molestia física (y las tuvo durante el partido) para vestirse del crack que está llamado a heredar el reinado de LeBron James. El ala-pívot demostró ser uno de los mejores jugadores de la liga y como tal sacó su categoría para salvar a los Lakers de su tercera derrota consecutiva y mantener sus esperanzas de alcanzar los playoffs de forma directa.
Davis se disfrazó de Shaquille O’Neal para tumbar (123-110) a los Phoenix Suns, número 2 de la Conferencia Oeste. El jugador de Illinois terminó el duelo exhausto tras firmar 42 puntos (15 de 17 en tiros de campo), 12 rebotes, cinco asistencias, tres robos de balón y tres tapones en 41 minutos de juego. Una exhibición mayúscula que no se veía en los Lakers desde que Shaq lograra unos números similares… ¡en 2001!
Buena jornada para los jugadores españoles en la NBA, que cerraron la noche con pleno de victorias. Especialmente para un Ricky Rubio que brilló con luz propia en la aplastante victoria de los Minnesota Timberwolves ante los Orlando Magic por 96-128. Un triunfo en el que no participó Juancho Hernangómez por lesión y en el que el base de El Masnou terminó con 18 puntos (seis de 11 en tiros de campo), dos rebotes, dos asistencias y un robo de balón en 26 minutos como titular.
Otro jugador que brilló con luz propia fue Willy Hernangómez en la victoria de los Pelicans (110-112) ante los Charlotte Hornets. Un triunfo que permite al equipo de Nueva Orleans mantener posibilidades matemáticas de estar en el play-in y en el que el pívot madrileño tuvo papel protagonista. Willy terminó la noche como el rey de los tableros en el Spectrum Center de Charlotte tras rozar el doble-doble con nueve puntos (cuatro de ocho en tiros de campo), 16 rebotes (el mejor del partido en este aspecto con ocho en el primer cuarto), dos robos, un tapón y una asistencia.