Vaya 24 horas para los Lakers: derrota inapelable contra los Raptors que siguió a una ridícula contra los Kings. Más problemas de tobillo para LeBron James, que salió otra vez del equipo (veremos para los próximos partidos) mientras rajaba del play in y ponía a todo el mundo NBA a criticar lo que se consideró un arrebato oportunista. Y otra (segunda de la temporada) parada por los protocolos sanitarios para un Dennis Schrörder que poco más va a jugar en esta Regular Season. Si es que juega algo. Y seis derrotas en siete partidos, Anthony Davis asegurando que había tocado fondo y por delante Nuggets, Clippers, Blazers y Suns mientras la plaza de play in pasa de amenaza a realidad cada vez más tangible. Una pesadilla para el campeón en una temporada agotadora, plagada de lesiones y problemas y con perspectivas cada vez menos luminosas.

Pero vaya 24 horas: llegaron los Nuggets al Staples con nueve victorias en 10 partidos desde la lesión de Jamal Murray, el quinto mejor ataque de la NBA en abril y solo dos derrotas, las dos contra los Warriors, desde el 11 de abril. Y perdieron (93-89) con su segunda peor anotación del curso, asfixiados por el regreso (nada esperado para este partido) de la versión aplastante del campeón, el orgullo defensivo de un equipo que estaba sin brújula y que ganó con los puños apretados, sin LeBron ni Schröder, a un rival que también lleva encima lo suyo: tras las lesiones de Murray, Morris y Barton, esta vez cayó PJ Dozier. En el backcourt es ya una cuestión de sálvese quién pueda. Los de las Rocosas están ahora 43-22, en empate total con unos Clippers con los que se juegan la tercera plaza. Los Lakers quedan 37-28, otra vez quintos, ahora con medido partido de ventaja sobre los Mavericks y uno sobre los Blazers. Les viene para acabar la semana Clippers, Blazers (back to back) y Suns. Casi nada, así es el Oeste.

La gran reivindicación de Marc Gasol

Se quedaría corto el que afirmara que los Lakers, desmadejados, necesitaban un partido así y una victoria como esta. De defensa y orgullo, de sudor y corazón. Un puñetazo a la tozuda oscuridad de una realidad llena, ahora mismo, de malas noticias. Y una reivindicación gigante de Marc Gasol, que apareció ante la prensa después del partido y se comparó con el inolvidable Señor Lobo de Pulp Fiction. Ya se sabe: “Hola, soy el Señor Lobo, soluciono problemas”. El personaje de Quentin Tarantino que Harvey Keitel convirtió en un icono de la cultura pop.