Estar avisado, no es estar preparado. Y si vamos un poco más allá, estar avisado y preparado, no es poder. Francia llegaba avisada, incluso preparada y, además, pudo tumbar a Eslovenia, in extremis, pero pudo. El mejor equipo de estos Juegos, Estados Unidos, al margen, jugará la final, tras lograr lo que nadie antes había logrado: atrapar a la fiera Luka Doncic, que pierde su primer partido con Eslovenia desde su debut en partido oficial en el Eurobasket 2017. Fin a una racha de 17 victorias seguidas, le queda como consolación pelear con Australia por el bronce. Doncic logró la hazaña de lograr un triple-doble histórico, el tercero que se consigue en unos Juegos (Aleksander Belov y LeBron James lo hicieron antes), con 16 puntos, 10 rebotes y 18 asistencias, pero renunció a jugarse la última tras haber fallado 13 de sus 18 lanzamientos. Se la dio a Prepelic, que penetró con determinación hasta que Batum le taponó en el último instante por detrás. El final del sueño de un país de apenas dos millones de habitantes. Había triunfado Batum y su defensa (también sobre Doncic, como la de Luwawu-Cabarrot), y había triunfado un genial De Colo, absolutamente decisivo (25 tantos, 7 rebotes y 5 asistencias), bien respaldado por los 23 puntos de Fournier y los 16 rebotes de Gobert. Atrás quedaba la exhibición estéril de Mike Tobey (23+8), el nacionalizado esloveno para paliar la falta de pívots autóctonos en esta generación, que no era de las más potentes en los 30 años de independencia del país, pero que con Doncic y la fe hormigonada en torno al talento de su estrella se veía capaz de todo en el verano de sus vidas con un baloncesto de ritmo endemoniado.
El pulso arrancó a toda mecha, con Doncic mandando en cada acción, conectando con Tobey y lanzando a los suyos en proyección de más de cien puntos: 17-25. Luwawu-Cabarrot ejerció de rescatador (29-29 en la primera acción del segundo acto) y la cadencia encestadora se frenó: 42-44 al descanso. A la vuelta de vestuarios, Francia cargó con todo, desgaste esloveno, De Colo se ponía el duelo por montera, al timón, qué clase, sumaba y hacía sumar. Gobert imponente su presencia y el rival se desdibujaba, fatigado, con Doncic errando más de la cuente y Tobey ahorrando energías atrás: 69-59, minuto 28. Y, sin embargo, Eslovenia sobrevivió. Triple de Hrovat, un secundario, y aparición estelar de Blazic sin Doncic en cancha. A tres minutos de la bocina, 85-85 en un tramo estelar del guerrero Tobey. De Colo y Luwawu-Cabarrot parecían sentenciar (90-85 ya en el último minuto en pleno carrusel de fallos eslovenos desde la personal: pobrísimo 55% final, 11 de 20) y, a continuación, Fournier cometía en ataque su quinta personal y Prepelic clavaba un triple… De Colo erraba el lanzamiento y Doncic atrapaba el rebote, a falta de 18 segundos, el que rubricaba el triple-doble. Se la iba a jugar él, Batum defendiéndole y Gobert en la ayuda tras el bloqueo de Tobey, quizá le faltaba seguridad en su tiro y pasó a su derecha, a Prepelic, que buscó la entrada directa, parecía una bandeja cantada, hasta que apareció por detrás Batum en la recuperación con su larguísimo brazo para taponar cuando restaba dos segundos. El milagro esloveno se desvanecía, ganaba Francia, enorme potencia. A la final con EE UU, la revancha para los americanos.