Brasil ganó en los penaltis a México y llegó a su tercera final olímpica consecutiva en el fútbol masculino. Los vigentes campeones olímpicos sufrieron de más en un partido que dominaron ampliamente, aunque no lograron superar el autobús que México aparcó delante de su área durante los 120 minutos, aguantando como pudo el asedio de la canarinha.

México entró con un objetivo claro: no perder. Y lo logró, defendiéndose con valentía ante una Brasil que buscó la victoria durante todo el encuentro. Pero la canarinha siguió con el mismo problema que tuvo de los partidos de la fase de grupos: la ineficiencia de sus hombres de ataque ante la portería rival. Una vez más, Brasil fue incapaz de transformar sus muchas oportunidades en goles.

México intentó presionar a Brasil al principio, con una presión alta muy intensa y agresiva en la salida del balón. Pero los brasileños supieron tocar la pelota con mucho temple y madurez y pasaron a dominar rápidamente las acciones del partido. Con 65% de posesión, Brasil terminó la primera parte con cuatro veces más ocasiones que México.

Ochoa brilló en la primera parte ante el asedio de Brasil. Paró un tiro complicado en el 15’ de Arana, que entró sólo en una jugada individual por la izquierda. Córdoba hizo falta a Bruno Guimarães en la entrada del área. Alves tiró y Ochoa tuvo q hacer una gran intervención.